Los caprichos de la vida trajeron a Mónaco a Georges Wurz, un industrial y piloto de Lancaster en la Segunda Guerra Mundial. Allí conoció al Dr. Eugene Frezzati, un químico especializado en cosmética. Inspirados por sus nuevos comienzos, los dos hombres comenzaron a planificar su futuro, un futuro basado en lujosos productos de belleza que sobrepasarían todo lo que se había hecho antes.
Luego, fundaron su compañía y la llamaron Lancaster. Los dos socios decidieron construir la fábrica de Lancaster en Mónaco. Los primeros éxitos, como Crème Embryonnaire, Serum Tissulaire y Lait pour les Mains, contribuyeron a consolidar rápidamente la reputación de la marca Lancaster. Después de establecer firmemente su posición en el mercado francés, Lancaster se extendió a otros países europeos e incluso a Asia y Oriente Medio. El palacio del principado designó a Lancaster como «proveedor designado de Su Alteza Serenísima Gracia de Mónaco». Extraordinariamente innovador para la época, el Ligne Princiere fue lanzado con productos antienvejecimiento a la vanguardia de la investigación. En 1971, Lancaster ocupó el primer lugar bajo el sol y ha permanecido allí desde entonces. Con su gama completa de protección solar antes del sol, después del sol, autobronceado y maquillaje solar, sigue siendo líder del mercado desde hace más de treinta años. Como pionera, Lancaster se convirtió en la primera marca en aprovechar las propiedades antienvejecimiento de Retinol en una revolucionaria gama de productos para el cuidado de la piel, Suractif. En 1993, Skin Therapy vital Oxygen Supply se convirtió en el primer producto en suministrar oxígeno puro a la piel. En 1998, revelando su rostro más glamoroso, Lancaster lanzó una gama completa de maquillaje para completar su oferta de marca. En 2002 Lanzamiento de la tecnología patentada RPF de Lancaster en protección solar para combatir los daños causados por los radicales libres de una manera altamente efectiva.
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