En 1940, cuando Bill Blass dejó Indiana para ir a la Séptima Avenida de Nueva York, los diseñadores de moda se escondieron tras las puertas cerradas de los estudios de los fabricantes, donde producían diseños para trajes y vestidos que nunca llevarían sus propios nombres. Pero Blass se distinguió de la multitud: no sólo creó conjuntos chic, sino que creó una personalidad social y profesional que exigía atención.
Finalmente, recibió el reconocimiento que merecía, ya que su nombre comenzó a aparecer en la etiqueta del fabricante junto a las marcas establecidas. La imagen del diseñador estadounidense cambió para siempre: hoy en día, Bill Blass es considerado el diseñador estadounidense del siglo XX por excelencia. Durante unos 30 años, fue el único propietario de Bill Blass, Ltd. Uno de los primeros estadounidenses en diseñar ropa tanto para hombres como para mujeres, a lo largo de los años expandió su línea para incluir todo, desde ropa deportiva hasta zapatos, gafas de sol, jeans, fragancias, uniformes de aerolíneas, autos Lincoln Town Cars, muebles, ropa de cama e incluso chocolates.